MAPA DE PIRI REIS (1513)
Mapa de Piri Reis (1513) |
Es quizá el mapa más famoso de entre los que pueden calificarse como "fuera de su tiempo".
Hallado en 1929, fue obra del navegante turco Piri Muhyy 'I Din Re'is, quien lo realizó a partir de otros mapas mucho más antiguos.
En él se puede apreciar una isla de gran tamaño (llamada "Antilia" por Piri Reis, a medio camino entre Africa y América del Sur. Esta isla, por supuesto, no existe (al menos, en la actualidad). Algunos ríos caudalosos atraviesan lo que hoy es el desierto del Sahara. Ahora sabemos que hace más de 8.000 años este enorme desierto era surcado por grandes ríos que regaban fértiles praderas.
Piri Reis confeccionó este mapa a partir de 20 cartas de los tiempos de Alejandro Magno. Está pintado sobre piel de gacela y fue un regalo para el Sultan Selim I. Fue descubierto en 1929 en el palacio Topkapi de Estambul. Mide 90 x 65 cm y tiene grabados en colores y leyendas ilustradas.
Esta piel es sólo la mitad del mapa original. Suponemos que fue separado de su otra mitad por algún interesado que quiso llevarse la que justamente representaba el Mediterráneo y todo el oriente próximo y lejano este. La parte que nos ha quedado representa España y Africa, así como América del Sur y algo de Norteamérica. Pero lo verdaderamente sorprendente es que en él aparece la Antártida SIN hielos.
El cartógrafo Arlington Mallery, capitán de la US NAVY, redescubrió el mapa en el año 1954, cuando estudiaba otras cartas antiguas para investigar si los vikingos pudieron llegar a América antes que Cristóbal Colón. Se quedó sorprendido al comprobar como la tierra de la Reina Maud, en la Antártida, figuraba en el mapa con islas que solo recientemente han sido descubiertas. En el mapa de Piri Reis, las Azores y las Canarias estaban situadas con mucha exactitud y los contornos de la Antártida se correspondían con bastante aproximación a los que expediciones actuales han podido determinar.
La Tierra del Fuego, en Argentina, aparece unida al continente antártico, y sorprendentemente el perfil que los une, en el peligrosamente famoso paso Drake, se corresponde con el perfil submarino de esta parte del mar.
Pero una configuración tal sólo podría corresponder a la que tenía la zona hace 17.000 años, cuando los mares estaban 140 metros por debajo del nivel actual… Es decir: las líneas costeras de las cartas de tiempos de Alejandro el Magno, copiadas por Piri Reis, tuvieron que ser cartografiadas antes de que la Antártida quedara cubierta por los hielos, con espesores cercanos a los dos kilómetros de grosor.
Desgraciadamente, esas cartas de tiempos de Alejando, casi con toda seguridad ardieron en el pavoroso y desastroso incendio de la Biblioteca de Alejandría; pero no cabe duda de que, o bien eran sumamente antiguas o provenían de copias a su vez mucho más antiguas.
El técnico francés de la NASA Maurice Chatelain, estudió el mapa Piri Reis y descubrió que las deformaciones que tiene no son tales… Si saliéramos al espacio y viéramos el planeta desde fuera de la atmósfera, la vista obtenida correspondería con la deformación que se observa en las líneas de costa del mapa Piri Reis. Es decir, corresponde a una proyección plana de la superficie esférica del planeta, tal y como lo veríamos desde un cohete a 4.300 kilómetros de altura y con el objetivo de la cámara centrado encima de El Cairo, ¡donde se encuentra la gran pirámide de Giza!
MAPA DE PHILLIPE BUACHE (1734)
Mapa de Phillipe Buache (1737) |
Como hemos visto, en el mapa de Piri Reis se muestra una gran isla ("Antilia") en el medio del Atlánticoa. Una isla de la que, en la actualidad, no hay rastro. De hecho, en esa región del océano, no existen más que dos pequeños islotes. Sin embargo, otro cartógrafo y geógrafo más moderno, el francés Phillipe Buache, representa en su Mapa del Atlántico, de 1737, esa misma isla y otra, más próxima a la costa africana. Podríamos pensar en la repetición de un error, pero Buache afirmaba que esas islas, ahora hundidas, existieron en tiempos pretéritos..
Phillipe Buache es especialmente famoso por otro de sus mapas, fechado en 1739, en el que se muestra a la Antártida, a pesar de que dicho continente no había sido aún descubierto (si bien se sospechaba su existencia, dados los testimonios que empezaban a proporcionar los navegantes de los mares del sur).
Curiosamente, al igual que muchos otros mapas antiguos, éste representa también la Antártida sin hielo, lo que podría significar que las fuentes en las que se basó partían de una inspección de la forma del continente mucho antes de que se produjera el drástico cambio climático que cubrió tales zonas de glaciares.
Lo más interesante es el hecho de que el mapa Buache muestra, aunque con evidentes errores, el canal que, realmente, divide a la Antártida de un lado a otro.
Planisferio de Buache.- 1757 |
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